Abrí los ojos. Un dolor de cabeza incontrolable me estaba atormentando mientras apenas podía sentir mi cuerpo.
Mire a mi alrededor, cuatro paredes grises llenas de humedades me observaban impasibles. Traté de hacer memoria, pero apenas logré sacar nada en claro. Solo recordaba dos cosas, que era un chico y mi nombre: Bellamy.
Pero... ¿Cómo había llegado hasta allí? ¿Quién estaba al otro lado de aquellas paredes? ¿Por qué no era capaz de recordar nada más allá de mi nombre?
Una vez que recuperé el aliento trate de gritar durante varios minutos lo más fuerte que pude en busca de ayuda, pero no obtuve respuesta. Los nervios comenzaron a aferrarse a mí, generándome frustración y miedo. Mi cuerpo temblaba de forma discontinua y mi mente comenzó a hacer conjeturas, en su mayoría tremendistas. Fuera quien fuese el responsable de que yo estuviera aquí, no debía tener buenas intenciones.
Tras esos minutos de terror interno logré calmarme un poco y comencé a observar mi alrededor con un poco más de calma. La habitación estaba totalmente vacía, a excepción de una pequeña cajita de acero recubierta de varios dibujos y cerrada con una combinación de números. Los dibujos parecían haber sido tallados a mano y la parte descolorida de la caja hacía ver que se trataba de un objeto bastante antiguo. Trate de abrir la caja de todas las formas posibles, pero fallé en todos los intentos. La única forma aparente de abrirla era a través de la combinación.
Pensándolo bien... ¿Por qué estaba esa caja allí? No podía ser casualidad. Quien quiera que la hubiese puesto ahí quería que yo la viera y la tratase de abrir. Siendo así, la combinación para abrirla debía encontrarse oculta en alguna parte de aquella sala...
Me tumbé boca arriba con los ojos cerrados absorto en un ansiedad que se iba apoderando de mí. Comencé a pensar posibles teorías de como había acabado con amnesia en aquel lugar (a cada cual más decabellada) hasta que lo di por perdido y el cansancio se apoderó de mi cuerpo. Pensé que quizás durmiendo un poco se me pasaría esa ansiedad y podría actuar con mayor claridad, aunque lo que realmente deseaba es que al despertar ya no me encontrase en aquel lugar y todo hubiese sido un mal sueño.
No se cuanto tiempo pase dormido, pero una bocina sonó de forma escandalosa por toda la sala despertándome bruscamente y haciendo que por primera vez me fijase en el techo. Tenía el mismo color grisáceo y húmedo de las paredes. En una esquina había una especie de altavoz, a través del cual parecían haber hecho sonar aquella bocina. Y finalmente, en el medio de aquel techo, había una frase escrita en color rojo y en un idioma que parecía ser francés.
"Seuls les élus auront le salut" era la frase. "Solo los elegidos tendrán salvación" resonó en mi cabeza. Era increíble, habría logrado entender el significado de la frase. Pero, ¿por qué? ¿Significaba aquello que yo sabía francés?
En medio de aquel pensamiento un nuevo sonido estremecedor inundó la sala. Una de las paredes comenzó a abrirse y de detrás de ella surgió una parte extra de la sala, en la que tampoco había ni puerta ni ninguna vía de escape visible. También se trataba de una sala vacía, a excepción de una mesa de madera antigua y un oso de peluche bastante desgastado (que se encontraba boca abajo en una esquina).
No se porque pero nada más ver a aquel oso mi cuerpo se estremeció por completo. Como si ya lo hubiera visto antes. Como si significase parte de un secreto muy oscuro y perverso del pasado.
CONTINUARÁ....
(Espero que os haya resultado entretenida esta primera parte del relato "Voces incontrolables" que he estado escribiendo este año. Si queréis que publique pronto la siguiente parte del relato no dudéis en compartir esta publicación para que llegue la mayor número de personas posibles. Voy a poner como meta las 300V. Si logramos llegar a esa cifra bastante razonable publicaré la continuación muy pronto.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario. Sigueme en twitter: @SERfutbol10